miércoles, 16 de septiembre de 2009

¿Sin culpa no hay maternidad?

No recuerdo cuándo fue la pirmera vez que me imaginé siendo mamá, ni cuándo fue que jugué por primera vez a serlo. Lo cierto, es que desde hace seis años soy madre… no sólo de un hijo, sino de tres. Junto con la felicidad que generan y con el inmenso amor que les tengo, también surgen pequeñas acciones que intento camuflar para no contravenir a la señora Buena Maternidad y a su fiel asociada: la culpa. No se muy bien qué es la culpa, ni tampoco tengo en claro cómo se la podría definir… -¿haría falta una definición de culpa?-… Pero, por ejemplo, si uno de mis hijos está llorando y oigo que alguien se acerca, me siento obligada a poner cara de preocupada, apresurarme para llegar a su lado y a agudizar el pensamiento para poder emitir juicios como: “seguro que tiene gases, por eso llora tanto” o "está en una etpa difícil porque...". De esta manera, prefiero quedar como incapacitada de poder resolver la situación a quedar como despreocupada, o peor aún, como desalmada que los dejo llorar sin hacer nada. Estas explicaciones no son más que justificativos para esas muchas cotidianeidades que la culpa hace que querramos ocultar.

2 comentarios:

  1. Me gustaron las 3 reflexiones que subiste. Me sorprendieron admito. Me parece que hay una tesis por lo menos que tendría que leer.
    Ahora, no tendrás una versión resumida del libraco que escribiste?!
    Espero la próxima actualización

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  2. La culpa de las madres tiene sólo un nombre emtodo el mundo. Se llama Amor


    Manoel

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